Este es un post tardío sobre la histeria que despertó en ceirto periodismo y ciertos sectores clasemedieros argentos la mal-calibrada mala onda entre el dirigente sindical Hugo Moyano y el gobierno, en particular Cris. La mala onda está, eso no se puede negar. Pero quien crea que este tipo de cosas se manejan sobre la base de la mala onda, sobre todo entre dirigentes tan experimentados, está mirando fuera de foco. La lente bajo la cual se debe analizar es: Moyano, dirigente con legitimidad propia desde que fue uno de los primeros y más jugados opositores al menemismo, le debe una parte importante de la recomposición salarial y otras yerbas al gobierno, que puso interlocutores del mejor nivel en el Ministerio de Trabajo (nombre y apellido: Carlos Tomada). El gobierno le debe a Moyano haber contrapesado la movida destituyente de la Mesa de Enlace Campestre, además de conducir a una parte interesante del sector obrero argentino, lo cual sin duda se tradujo en una contibución concreta del caudal electoral de Cris. Ni tanto ni tan poco. Tal vez la única novedad aquí es que moyano parece estar entrando a una nueva etapa de negociación "estilo K": apostando muy fuerte. Después de todo, algo debe haber aprendido en estos años. Pero todos saben que esto se tensa mientras no haya amenazas en relación a la continuidad del gobierno. Como dijo el (ahora) diputado Faco Moyano (que de esto sabe mucho) la Argentina continúa dividida en kirchnerismo y anti-kirchnerismo, y quien esté del lado de los laburantes está del lado kirchnerista. Clarito, no?
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