Me negué a escribir sobre este pequeño afaire entre el mundo K y el anti-K por varias razones, la principal es que sigo a JPF a través de Página/12, pero no había leído nada completo de él (me refiero a libros). Recién ahora estoy leyendo "El Flaco" (y voy por la mitad), que no me parece gran cosa: los diálogos me dan la impresión de haber sido recreados con una dosis de fantasía y con mucha voluntad por parte del autor de colar su protagonismo en el protagonismo de Nestor Kirchner.
Vi en el blog de Artemio este reportaje, que fue extractado y editorializado por La Nación online. La verdad, como fue dicho (aquí y aquí por ejemplo), JPF no dice nada que no haya dicho. De hecho refuerza lo que dice que se dijo entre él y Nestor y que motivó aquel famoso e-mail de NK dirigido a JPF que está íntegramente transcripto en el libro. Ayer, en este artículo de Página/12, JPF parece haberse dado cuenta (un tanto tardíamente) que el mundo tiene lado. El artículo hace una autocrítica en clave de ingenuidad, y personalmente le creo. El problema puntual es que ya estamos grandes para caer en ese tipo de trampas, qué se yo... pero el problema estructural recorre una línea directa desde aquel e-mail de NK al tonto error de JPF de la semana pasada: JPF continúa insistiendo en la idea de que el intelectual orgánico, comprometido con un proyecto político y sus ejecutores es una contradicción. Con todo respeto, creo que JPF se equivoca de punta a punta en este sentido: suscribir a un proyecto político y/o su estructura de ejecución no significa perder la condición de intelectual, pero tener coincidencias mayoritarias con un proyecto político y su estructura de ejecución (digamos el kirchnerismo) e ir a la trinchera adversaria y decirles algo así como "soy un intelectual, pasaba por ahí, vi luz, entré... bueno... estaba un poco sucio todo, pero que se yo... soy un intelectual, mi trabajo es preguntarme por la escencia de la mugre... su condición existencial" vaaaamos! Igual, JPF, en este blog te queremos, pero (con cariño, eh?) ya basta de tonterías, viejo!
Vi en el blog de Artemio este reportaje, que fue extractado y editorializado por La Nación online. La verdad, como fue dicho (aquí y aquí por ejemplo), JPF no dice nada que no haya dicho. De hecho refuerza lo que dice que se dijo entre él y Nestor y que motivó aquel famoso e-mail de NK dirigido a JPF que está íntegramente transcripto en el libro. Ayer, en este artículo de Página/12, JPF parece haberse dado cuenta (un tanto tardíamente) que el mundo tiene lado. El artículo hace una autocrítica en clave de ingenuidad, y personalmente le creo. El problema puntual es que ya estamos grandes para caer en ese tipo de trampas, qué se yo... pero el problema estructural recorre una línea directa desde aquel e-mail de NK al tonto error de JPF de la semana pasada: JPF continúa insistiendo en la idea de que el intelectual orgánico, comprometido con un proyecto político y sus ejecutores es una contradicción. Con todo respeto, creo que JPF se equivoca de punta a punta en este sentido: suscribir a un proyecto político y/o su estructura de ejecución no significa perder la condición de intelectual, pero tener coincidencias mayoritarias con un proyecto político y su estructura de ejecución (digamos el kirchnerismo) e ir a la trinchera adversaria y decirles algo así como "soy un intelectual, pasaba por ahí, vi luz, entré... bueno... estaba un poco sucio todo, pero que se yo... soy un intelectual, mi trabajo es preguntarme por la escencia de la mugre... su condición existencial" vaaaamos! Igual, JPF, en este blog te queremos, pero (con cariño, eh?) ya basta de tonterías, viejo!
2 comentarios:
En efecto, lo que expresó JPF en la nota publicada en La Nación no agrega nada a lo que ya hubiera escrito en "El Flaco". Por otra parte, cuando leí ese libro entendí que el flaco al que alude el título es el propio JPF, protagonista de los diálogos y de las reflexiones que figuran en el libro.
Mordi, estuve buscando tu post para linkearlo también pero no lo encontré en su momento y después se me pasó. Me mandás el link? Abrazón!
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