Argentino, de origen judío, no practicante, respetuoso de algunas tradiciones (sobre todo culinarias, lo que me acerca peligrosamente al pecado de la gula), más o menos 1/4 sefaradí, 3/4 ashkenazi. Desde el atentado contra la AMIA (adulto joven más de 20 años atrás) tengo conciencia de que cuando un dirigente de la DAIA habla se me ponen los pelos de punta, y dicen cosas que no tienen ninguna conexión conmigo, ni con la (probablemente muy pobre) idea que tengo del judaísmo. De alguna forma me siento reivindicado por la convocatoria de un nuevo colectivo conformado por argentinos de origen judío que sienten que los dirigentes de la DAIA denigran ambas condiciones. Por eso a la distancia sigo y adhiero a este movimiento, y también digo:
"Las autoridades de DAIA y AMIA no nos representan. Tenemos voz propia y queremos hacernos oir somos argentinos de origen judío y reivindicamos la amplia tradición progresista de nuestra colectividad"
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