Hoy es el último día de gobierno de la Administração Lula. Gobierno fundacional, o re-fundacional, para no ser calificado de exagerado. Fueron ocho años en los que la sociedad brasilera sufrió transformaciones de toda índole, calidad y escala. Y no quiero dejar de reseñarlas brevemente. En estos últimos ocho años vi gente comenzar su primer trabajo formal, en algunos casos a los 30 o 40 años, vi gente que nunca se imaginó haciendo una carrera universitaria comenzando a hacerla. Vi invasiones masivas de brasileros que no sabían lo que eran las vacaciones invadiendo los sitios turísticos de Brasil y más allá (muchos de los improbables lectores de este blog vieron el reflejo de esa marea en Buenos Aires y Bariloche). En estos años vi mucha gente recibiendo por primera vez su tarjeta de débito/crédito, gente pidiendo y consiguiendo pequeños créditos para asentar su negocito familiar. Vi las calles de São Paulo y de Rio llenarse de autos conducidos por gente que maneja muy mal: gente de 40, 50, 60 años que por primera vez en su vida se ponía al volante en lugar de ser pasajeros de servicios de ómnibus de cuarta categoría. Vi crecer ciudades ya activas y dinámicas, y vi florecer también lugares que parecían condenados a ser páramos infames. Vi llenarse los aeropuertos y los aviones de gente que no conoce ninguno de los protocolos y rituales de viaje en avión: gente que habían inmigrado de algún lugar improbable en el lejano y seco nordeste, y estaban volviendo a visitar a sus familiares por primera vez en 10, 15, 20 años... y volvían en avión. Vi más sonrisas con menos dientes faltando, vi cómo se abrieron calles asfaltadas y llegó la luz, el cable e internet a muchas favelas. Vi cómo se fue reduciendo el trabajo infantil gracias a los subsidios del programa Bolsa Escola. Vi cómo el país fue sembrado con Universidades Federales, y cómo fueron llenadas con más de 10 mil nuevos docentes contratados en los últimos 5 años. La administración responsable por estas y otras transformaciones (aquí doy apenas una pincelada a mano alzada), tal como la conocemos, termina hoy. Es momento de darle la bienvenida a la Administración Dilma. Por un excelente 2011 para todos los brasileros, que en su mayoría despiden al (todavía) Presidente Lula con un altísimo porcentaje de aprobación. Salud.
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