Seguramente Juan Cabandié no lee este blog, pero no puedo dejar de contar(le) que esta historia me emociona. No puedo dejar de pensar que, consciente de que la forma en que concluye no es la mejor (Alicia y Damián, sus padres no están ahí para abrazarlo), es la mejor posible dentro de lo que hay, y que él, junto con las personas queridas a su alrededor construyeron esta jornada de punta a punta, esta jornada dura cuyo resultado es para tod@s.
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