miércoles, 4 de noviembre de 2009

La claridad con que escribe alguna gente...

En Ramble Tamble, el blog de Artemio Lopez, apareció replicado un texto del blog de Hugo Presman: La batalla política del lenguaje. Lo reproduzco porque me pareció tan clarito...

La batalla política del lenguaje:

El lenguaje es un campo de batalla demasiado importante para dejarlo en manos del adversario. El poder escritura determinados términos a su nombre, los da vuelta, se apropia de conceptos políticos del campo nacional y popular y los vacía de contenido. Renunciar a la denuncia y desenmascaramiento por la malversación política del discurso como método de ocultamiento, es empezar la batalla perdiendo. Otro subterfugio es acuñar conceptos falsos. Y luego protegerse detrás de los mismos. Como el tan mentado de periodista independiente. Se autocalifica como tal aquel que toma distancia del gobierno de turno. Hay períodos en donde el gobierno y el poder coinciden. Fue el caso de Carlos Menem o el de la dictadura establishment-militar. Pero hay otros que tienen enfrentamientos con sectores significativos del poder económico como ha sucedido, con diferente intensidad, profundidad y orientación en gobiernos como el de Irigoyen(dos veces) , Perón ( tres veces) , Arturo Illia, Ricardo Alfonsín, Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Ahí gobierno y poder económico (en bloque o con segmentos del mismo), se enfrentan. Y entonces el periodista “independiente” cuando hace una crítica feroz del gobierno se ubica como independiente del mismo y resulta entonces vocero funcional y en algunos casos pago del poder económico. La relación de fuerzas entre el PODER ECONÓMICO y los gobiernos que los enfrentan total o parcialmente, es ampliamente favorable a los primeros. Por eso el periodista” independiente” que en estos casos se manifiesta como indefenso y víctima del gobierno, está omitiendo, o más claro mintiendo que lo protege el poderoso. El poder económico a quien nadie vota, tiene continuidad indefinida en el tiempo pero está detrás de las bambalinas, salvo cuando decide actuar sin intermediarios. Así todo no es lo que aparenta ser. Lo esencial no es visible a los ojos porque el contenido y prestigio que esconde la palabra independiente lo disimula. Hay márgenes de independencia pero no hay periodismo independiente.


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