domingo, 8 de noviembre de 2009

La historia de Jahangir

Jahangir es un muchacho bengalí. Jahangir tiene unos 30 años, es casado, tiene un hijito, de unos cuatro añitos, es musulmán practicante, y cree que profundizando sus estudios, su formación profesional y espiritual, el mundo le dará una chance mejor. Es formado en Bioquímica y tiene un interesante trabajo (hecho con evidente esfuerzo y sin recusros, como muchas gentes en aquellas regiones del planeta) que le rindió una Maestría en Ciencias por la University of Rajshasi, Rajshahi (la bella y antigua ciudad de la seda a orillas del Ganges), Bangladesh. Actualmente trabaja en la Shahjalal University, y vive en Sylhet.

Jahangir me escribió hace más o menos un año y medio un e-mail diciéndome que tenía interés en venir a hacer un trabajo de doctorado a mi laboratorio. Había posibilidades de obtener financiación de un organismo internacional de mucho prestigio para una estadía suya en São Paulo por un período aproximado de cuatro años (lo que dura en media la realización de una Tesis de Doctorado). Conversamos sobre las posibilidades y líneas de investigación del laboratorio redactamos un proyecto, que fue aprobado para ser financiado con una beca para él. Faltaba ir al Consulado do Brasil en New Delhi - India (Brasil no tiene ni embajada ni sede consular en Bangladesh), obtener la licencia para ausentarse de su Universidad por cuatro años, y viajar.

Después de mucho luchar contra la burocracia de su Universidad, de su país, de la India y del Brasil, Jahangir consiguió embarcar en un vuelo Dhaka - New Delhi, donde las autoridades del Consulado do Brasil le firmarían el pasaporte con la visa para entrar al Brasil. A todo esto, pasó casi un año desde que obtuvo su beca para venir a Brasil, y para no perderla, no debía llegar después del 9 de noviembre de 2009. Tenía para hoy, domingo 8 de noviembre de 2009, un pasaje New Delhi - São Paulo. Consiguió su visa para entrar en Brasil el viernes a la tarde, y escribió diciendo que sólo faltaba embarcar para acá. Hoy a la mañana recibí un e-mail diciéndome que los empleados de migraciones del Aeropuerto Indira Gandhi de New Delhi no lo dejaron subir al avión por no tener pasaje de vuelta.

Jahangir salió de Sylhet, Bangladesh, para estudiar, perfeccionarse y volver a su país. Se despidió de su esposa y de su hijito, dejándolos a los cuidados de sus padres y hermanos, como es usual en su cultura. En New Delhi, un empleado de un control de migraciones le cortó el sueño, y decidió que  no le correspondía realizar el viaje que (con una buena dosis de sacrificio) había decidido hacer, apostando fuerte al futuro. En el e-mail que recibí hoy mismo con esta noticia, agradecía todo el esfuerzo hecho de nuestra parte. También se lamentaba por la situación diciendo algo así como... "si uno viene de un país pobre, no es suficiente querer ser mejor... es necesario que te den permiso para ser mejor...". Y Jahangir tiene razón. Y ese empleadito del control de migraciones de aquel aeropuerto distante, en nombre de un organismo oficial de un país más poderoso,  no le dio permiso y lo privó de esta experiencia... y también nos privó a nosotros de la posibilidad de tratar de ser un poquito mejores intentando ayudar. Qué pena...


No hay comentarios.: