Ayer a la noche llegué a Granada (tierras del rey Boabdil el Chico, tambien llamado "el Desdichado",) a ser llamada Graná según la bonita pronunciación andaluza. Es mi segunda visita a esta ciudad, que es bellísima y llena de encantos y magias, llenas de historias de princesas enamoradas encerradas en las torres de La Alhambra, de batallas heroicas en las orillas del Darro y del Genil, de músicas y versos inspirados, compuestos y escritos por corazones venidos de oriente en los jardines del Generalife, de amores moros en el Sacromonte y en las callecitas del Albayzin... Y da la impresión de que Granada vive y esta viva en esos tiempos y en este de ahora.
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