En medio de tanto ruido en relación al caso Papel Prensa SA (PPSA) se pierden las líneas maestras del caso y (para variar) las víctimas se convierten en sospechosos y los sospechosos en víctimas. No es cuestión de defender una fortuna hecha por una familia en la década del ´70 a base de sospechas de actividades ilegales (a nadie se le ocurrió por ejemplo cuestionar la base de la fortuna de la familia Martinez de Hoz?). Es cuestión de que en cumplimiento con el mandato de un fiscal de la Nación - Ricardo Molinas - de profundizar sus investigaciones sobre la ilegalidad del traspaso de una empresa a manos de un conjunto económico que contribuyó activamente con la dictadura mediante el control de los medios de difusión. Es apenas cinismo defender a ese grupo diciendo que si se lo ataca se ataca la libertad de expresión. En relación a las descalificaciones que sufre permanentemente la Sra. Lidia Papaleo, es canallezco que no exista un mínimo de cuidado y de recato para con alguien que fue víctima de secuestro y torturas relacionadas con este mismo hecho. Aquí va recomendada una excelente nota de Eduardo Aliverti en Página/12 de hoy.
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