Entre el lunes 25 y el jueves 28 de octubre estuve en un congreso en Foz de Iguaçu. El miércoles 27 a la mañana tenía que dar una charla. Cuando terminé, cerca del medio día, mi amigo Alejandro me da la noticia. No reaccioné. Estaba con Pedro, creo, conversando sobre los datos que había mostrado para el auditorio. Pedro es carioca. A pesar de que Alejandro me comentó en castellano, y que Pedro no parece entender facilmente, entendió. Fuimos a almorzar. Pedro es militante, cincuentón, incorrecto hasta el límite. Llevaba en el lado izquierdo del pecho un sticker del PT que decía "Vote Dilma, Vote 13". Fuimos a almorzar, continuamos conversando medio automáticamente sobre mi charla por un rato. Yo no me concentraba. El (creo) nunca se concentra. Pero empezamos a hablar de esto. "Agora é indispensável que ganhe Dilma" disparé. "Sim", me dijo. Todos aquí creemos que va a ganar, pero no sabemos qué es lo que puede pasar a último momento, y sabemos claramente que no hay margen. Conversamos más de política brasilera (elecciones el domingo) que de política argentina: no había mucha info sobre lo de Nestor todavía, había que reacomodar las piezas, estaba difícil conseguir acceso a internet en ese momento... Dilma, Lula, el PT y las elecciones. Hacia el final del almuerzo, antes de las primeras mesas redondas de la tarde del miercoles, conseguí sentarme un rato a leer diarios y escribí este post. Medio seco, levemente analítico. Las primeras noticias que ví decían que había gente festejando en Recoleta. No quise ver más. Al comenzar la noche comencé a saber que pasaban otras cosas. Y ahí, de manera sorprendente, inesperada para mí, se me nubló la vista. Ahí empecé a entender que mis peores miedos no se iban a concretar tan facilmente porque hay gente que banca, y no es poca. Gente de todo tipo, gente que hace todos tipo de cosas... gente. Gente que banca. Y hay gente que quiere. Gente que no defiende apenas intereses. Gente que estaba desde el cariño que despierta un actor, un músico... desde el cariño que, sólo despierta una persona a quien no se conoce personalmente, cuando espeja tu sensibilidad, tus expectativas, tus miedos, tus pasiones... ahí entendí que estaba bien llorar, y entendí a todos los que lloraban... Volví a mi departamento en São Paulo, me conecté a internet... vi 6, 7, 8. El testimonio de Taty Almeida y tantos otros. Ahí ví videos en youtube sobre lo que había pasado en la plaza y vi por streaming en tiempo real lo que estaba pasando: Lula, Chavez, Fenando Lugo enfermo, el Pepe Mujica... una reunión de compañeros a los que se les fue uno. Y ahí me emocioné al lado de todos.
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