Falleció Nerstor Kirchner hace apenas unas horas. Todo el mundo ya lo sabe. Hay poco que agregar a la tristeza de los militantes, la pena que sentimos muchos, la miseria de los que se ponen contentos con la muerte ajena. Tampoco exageremos: hubo muertes que no me movieron un pelo. Pero nunca me pusieron contento. Esta me puso triste y preocupado. Triste porque se va un tipo que marcaba direcciones, que provocaba... que a su manera era querido me animaría a decir... hasta por los que lo odiaban. Era tan protagónico en la realidad política argentina que después de que apareció en escena ningún otro dirigente político del oficialismo o la oposición volvió a ser lo que era. Cambió el lenguaje, y cambió el contenido de la discusión política. Cambió la gramática y la semántica de la política argentina: estructuras y significados. Hasta los partidos de la oposición más acérrima llevan la marca kirchnerista: hablan de cosas de las que, si no hubiera habido kirchnarismo, no hablarían. Eso es hacer política profunda: sacudir la cultura. Los otros grandes adversarios (que se colocan a sí mismos en la posición de enemigos), los grandes medios de difusión, también fueron cambiados y modificados por la figura de Nestor Kirchner. Todo cambió en todos estos años, y este ex-presidente tuvo mucho que ver con eso... ese dato es insoslayable. Vaya este post como manifestación de pena, de preocupación, de acompañamiento a tdos aquellos que como yo, creen que el paso de Nestor Kirchner por la política argentina hizo de nuestro país un lugar mejor... más digno.
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