Existe en la ciudad de Rosario y aledaños un postre llamado Chajá. Consiste en una deposición desordenada de las cosas dulces más ricas que pueden salir de una cocina: crema Chantilly, merengue, bizcochuelo y durazno en almibar. Comí varios, todos muy ricos, pero este, casero, que hizo mi madre... no hay con qué darle. Está lanzada la competencia con mi hermano Gustavo (que vive en los alrededores de Merlo - San Luis), a ver quién consigue sacarle a nuestra madre el mejor Chajá... pero despues de este me parece que el campeonato ja está definido, eh?
El Chajá de mi despedida de Baires... a ver si esto se puede superar! Ja!
3 comentarios:
Si sabía que iba a tener estado público lo hubiera emprolijado un poquito, pero la gracia es esa: desordenado como nido de chajá . Lo cierto es que cumplió su objetivo: fue un mimo para tu visita a Bs. As.
Las madres suelen esconder en sus manos los mejores sabores del mundo, la mía es insuperable con su "pie de guindones".
Si alguna vez voy a argentina espero poder probar un chajá.
Nos vemos en el camino.
Tchau
Ma, un chajá prolijito es una contradicción!
Vicko, contame que es el "pie de guindones"... si vas a argentina, el chajá es "mandatory"! Abrazo
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