Sí señores, que le vamos a hacer... este es un blog serio en el cual no podemos dejar de hablar de las cosas importantes que nos pasan, que hacen a la argentinidad, la brasileridad, la hombría de bien y la frutihorticultura. Es hora de hablar entonces del maracujá fálico y sus derivaciones económicas, científicas, tecnológicas y hasta filosóficas, con alguna digresión sobre cómo este nuevo dispositivo amenaza la supremacía militar de las potencias que ocupan lugares en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Vean la foto si no están convencidos:
Maracujá fálico crecido en una propiedad particular en São José de Ribamar (Maranhão). Foto: Honório Moreira/OIMP/D.A Press (publicada aquí).
El maracujá es una planta cuya forma normal es la que se muestra a continuación. En este caso, fueron plantadas unas semillas por Dona Maria Rodrigues de Aguiar Farias, que dieron frutos con este alegre formato que se muestra en la foto de arriba.
Maracujá con formato (digamos) no tan creativo (foto extraída de aquí).
La duña de este (ehemmm) prodigio cobra por la apreciación del producto según la siguiente tabla de precios:
1. Visita y observación a piacere: R$S 2,00
2. Fotografías: R$S 15,00
3 Filmaciones (sí, aunque no lo creas, filmaciones!): R$S 20,00
Dicen que la EMBRAPA (especie de INTA en Brasil) está haciendo investigaciones científicas en áreas del conocimiento como la genética molecular y la biología del desarrollo de plantas.
Podemos decir que, quien sabe, esto apunta al desarrollo de un tipo de tecnología militar defensiva, mediante la cual se alcanzaría el objetivo de inducir a ejércitos de ocupación a utilizar estos frutos de manera no convencional, disminuyendo la moral de la tropa (de alguna forma).
No tenemos todas las respuestas. Aceptamos sugerencias.
2 comentarios:
¿Será hora de reemplazar el "banana nao tem caroço" por "maracujá..."?
Jeje, el tema es que maracujá tem caroço... habrá que adaptar! jeje! Abrazo.
Publicar un comentario