Postal Nro. 1:
Paseo en la orla al caer la tarde: hermoso programa que no me cansaría de hacer si viviera en Fortaleza. Una caminata en la Avenida Beira Mar, una parada en una heladería, otra en un puestito a tomar agua de coco y comer una tapioca... más a la tardecita un plato de camarones recién sacados del mar, con aceite y ajo... a la noche langostas asadas en el Boteco da Praia, con la excelente compañia de mi amiga Juliana. Lo que se dice... un lujo!
Barzinho de praia en la Avenida Beira Mar: agua de coco y vista al mar mientras esperaba mi plato de camarones... vida amarga esta...
...y para bajar los camarones, nada mejor que una caminata por la orla... un esfuerzo...
Postal Nro. 2:
Fortaleza me parece una bellísima ciudad, con una movida moderna, núcleos de artistas y poetas, intelectuales muy activos e inquietos. Como contrapartida, existe también una buruguesía muy conservadora, de antiguas y fuertes tradiciones de la época de la colonia. Existen todavía algunas cosas que llaman la atención. Caminando por la orla, al final de la tarde, veo una señora de media edad, sentada en un banco abajo de un coqueiro, con una ropa tipo uniforme de baby sitter. Un bebé en brazos, un carrito de bebé super moderno, un bolso lleno de ropitas. Completaba el cuadro una botella de agua mineral y un kit de mamaderas, chupetes y juguetes de bebé. En dirección de esa señora se acerca una mujer muy (pero muy) bonita, de ropa deportiva, llevando un perro labrador de la correa. Se acerca, le pregunta a la mujer sobre su bebé (si había llorado, esas cosas), y le dice con voz de mando: vamos, él ya hizo ejercicio. Se refería al labrador. Se van caminando, ella adelante llevando el perro... la mujer atras llevando al hijo. Y yo me quedo pensando si no debería ser al revés en todo caso.
Postal Nro. 3:
Estoy sentado en un barcito de playa. Dos italianos en una mesa próxima. Se ve que vienen de cerveza y caipirinha desde hace un buen tiempo. Escandalosos, invasivos... pienso si me levanto y me voy o si me quedo y que se vayan a la mierda ellos, qué tanto. Vienen dos chicas: chiquitas... no más de 14 o 15 años... los tipos (sesentones), las invitan a sentarse a la mesa. Las chicas aceptan. Ya conocen el juego: llaman al mozo y piden sin preguntar si pueden... y piden bien... caro, cosas ricas... los tipos se ríen. Lo que puedan consumir las chiquitas no les desbalancea el presupuesto: de hecho salieron de Italia con esos gastos ya previstos. Estaba entre los objetivos del viaje. Las chiquitas aprovechan y comen... se miran... miran a los dos tipos decrépitos... se dejan sacar fotos... y ellas comen... sonríen... y yo pienso en el futuro de esas chiquitas como tantos futuros relatados en los libros de Jorge Amado...
Postal Nro. 4:
Caminando a la noche por la Avenida Beira Mar hacia el este, llego hasta el final de la Praia de Mucuripe. Hacia el final de la tarde, llegan los pescadores en las jangadas... las esposas e hijos los esperan en los puestitos sobre el final de la orla, para limpiar los pescados y frutos de mar recién sacados del agua. También los preparan a pedido del cliente. Los pescadores descansan, hablan alto, desenredan las redes... hacen rodar las jangadas sobre troncos en la arena para que no se las lleve el agua durante la marea. Cosen una vela, calafatean una parte del casco o cambian algunos cabos reventados de mantener las estructuras de madera a fuerza de tensión. Los turistas circulan. Hasta los habitantes de la ciudad que pasan por ahí parecen turistas que circulan. Algunos sacan algunas fotos. Pocos (o ninguno) parecen saber, estar conscientes de que al día siguiente, bien temprano a la mañana, deberán encontrarse nuevamente con la furia o el amor de Yemanjá.
Puestitos de venta de pescados o frutos de mar atendidos por las familias de los pescadores en la Praia de Mucuripe.
Jangadas sobre la playa después de un día de pesca (Praia de Mucuripe)
Postal Nro. 5:
El Centro Dragão do Mar es un mega-centro cultural que nuclea a un mix de cultura alternativa, snobs, turistas y gente fashion de Fortaleza. De alguna manera es un espacio de circulación muy democrático: todos andan por ahí (y por los barzinhos alrededor). Es el lugar donde ir a buscar a los artistas, intelectuales, los modernos y post modernos, los adolescentes que están a full tratando de ganarse una minita, drogones, románticos, verseros, putas, poetas, músicos, portugueses alucinados llenos de euros, reventad@s de todo tipo, género y edad... todos juntos, todos mezclados. Hay lugar para todos: bares de todos tipo, opciones culturales y o de sexo hardcore, lugares tranquilos para conversar con amigos... Es un must de Fortaleza. Si pasaste por Fortaleza y no fuiste ahí... fuiste!
3 comentarios:
No se que tan bueno sea para mi bienestar emocional visitar tu blog, me promueves una gran envidia.
Nos vemos el día que tenga plata suficiente para viajar por esos caminos tuyos.
Beijos envidiosos e irónicamente felices.
Tchau
Jeje, bueno Vicko, seguro que andas por lugares lindos e interesantes también! Mientras tanto, parte del blog es una invitación a quienes quiern compartir esta(s) jornada(s). Nos encontraremos por acá (o por allá) en cualquier momento! Saludos.
Pues no muy lindos e interesantes que digamos,la economía aun no le ha permitido ciertos gustos a esta alma viajera. Pero fuera de eso no me puedo quejar, la vida me sonríe.
Te cuidas.
Tchau
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