En el post anterior volví sobre la comparación entre la situación político-institucional de la Argentina y la situación previa al golpe en Honduras. Insisto en que no veo esta comparación caprichosa. Pero no me parece probable que el llamado "golpe institucional" u otra movida destituyente pueda ocurrir ahora. Aunque seguramente está en la cabeza de más de uno. Veamos:
1. Supongamos por un momento que la oposición en conjunto (el autodenominado "Grupo A") consiga consensuar un plan con mínimos comunes denominadores (las tres o cuatro cosas en las que estamos todos de acuerdo según dijo y dice el ex Senador y ex Presidente Eduardo Duhalde).
2. Supongamos que el Congreso consigue mediante la maniobra que sea la destitución de la Presidente Cristina Fernandez.
3. El primero en la línea de sucesión es el Vice-Presidente Julio Cobos como todos saben. Supongamos entonces (no es una obviedad) que Julio Cobos asume y forma un gabinete. Hay dos posibilidades básicamente: que gobierne por lo que resta del período (casi dos años), o que llame a elecciones. Esto último me parece poco probable porque sería poner en riesgo lo que tiene, a cambio de nada.
4. Supongamos que Julio Cobos forma un gabinete con mayoria propia pero que necesariamente va a tener miembros de todos los partidos del "Grupo A" en ministerios clave (esto es inevitable: recordar que si uno solo no se queda conforme, podrá junto con el Frente para la victoria "voltear" el quorum en la Cámara de Senadores por ejemplo).
Alguien imagina a Julio Cobos gobernando un país con la oposición constante no sólo del Frente para la Victoria (oposición natural), sino también de la Coalición Cívica, el radicalismo no cobista, el Peronismo PRO, Libres del Sur, los condicionamientos de Clarin para (por ejemplo) vovler atrás con la Ley de Servicios Audiovisuales, la oposición de la CGT y los movimientos sociales, con las presiones internacionales de los países del MERCOSUR, el Grupo Rio, UNASUD, etc? Salvo que Cobos y simpatizantes tengan una vocación excepcional por el suicidio político, el escenario destituyente no debería darse tan pronto. El "timing" ideal para un golpe destituyente (para el cobismo y otros del autodenominado "Grupo A") sería probablemente apenas unos pocos meses antes de las elecciones, de manera tal que Julio Cobos ocupe de manera transitoria la Presidencia como "piloto de tormentas" hasta un llamado a elecciones anticipadas para "normalizar" la situación. Suena conocido? Esto sería bastante conveniente para el cobismo y el radicalismo en general, ya que además liquidarían en un solo paso el estigma de que el radicalismo es el único partido político que no puede terminar sus mandatos.
2. Supongamos que el Congreso consigue mediante la maniobra que sea la destitución de la Presidente Cristina Fernandez.
3. El primero en la línea de sucesión es el Vice-Presidente Julio Cobos como todos saben. Supongamos entonces (no es una obviedad) que Julio Cobos asume y forma un gabinete. Hay dos posibilidades básicamente: que gobierne por lo que resta del período (casi dos años), o que llame a elecciones. Esto último me parece poco probable porque sería poner en riesgo lo que tiene, a cambio de nada.
4. Supongamos que Julio Cobos forma un gabinete con mayoria propia pero que necesariamente va a tener miembros de todos los partidos del "Grupo A" en ministerios clave (esto es inevitable: recordar que si uno solo no se queda conforme, podrá junto con el Frente para la victoria "voltear" el quorum en la Cámara de Senadores por ejemplo).
Alguien imagina a Julio Cobos gobernando un país con la oposición constante no sólo del Frente para la Victoria (oposición natural), sino también de la Coalición Cívica, el radicalismo no cobista, el Peronismo PRO, Libres del Sur, los condicionamientos de Clarin para (por ejemplo) vovler atrás con la Ley de Servicios Audiovisuales, la oposición de la CGT y los movimientos sociales, con las presiones internacionales de los países del MERCOSUR, el Grupo Rio, UNASUD, etc? Salvo que Cobos y simpatizantes tengan una vocación excepcional por el suicidio político, el escenario destituyente no debería darse tan pronto. El "timing" ideal para un golpe destituyente (para el cobismo y otros del autodenominado "Grupo A") sería probablemente apenas unos pocos meses antes de las elecciones, de manera tal que Julio Cobos ocupe de manera transitoria la Presidencia como "piloto de tormentas" hasta un llamado a elecciones anticipadas para "normalizar" la situación. Suena conocido? Esto sería bastante conveniente para el cobismo y el radicalismo en general, ya que además liquidarían en un solo paso el estigma de que el radicalismo es el único partido político que no puede terminar sus mandatos.
La pregunta es quién sacaría alguna ventaja del combo "movimiento destituyente + fracaso de Julio Cobos". Hay algunos nombres y razones bastante obvios. Entonces el resto del análisis se los dejo a ustedes.
Ahora... quién crea que puede controlar con precisión los tiempos políticos en un país caótico e imprevisible como la Argentina... la historia dirá.
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