Voy a comenzar este post con el raconto de una anécdota personal. Estaba en Zaragoza, en febrero del 2008 cuando recibo un e-mail de un tal Tirso Walfrido Sáenz Sánchez, coordinador de un proyecto sobre colaboraciones ceintíficas Sur - Sur en una unidad de la Universidade Nacional de Brasilia. En el e-mail solicitaba agendar una entrevista para poder discutir este tipo de asuntos como beneficiario de esos programas de colaboración. Nos encontramos en mi laboratorio, en el campus principal de la Universidade de São Paulo aproximadamente tres semanas después. El Sr. Tirso W. Sáenz, de unos 75 años, para mi sorpresa hablaba portugués con acento centroamericano... más específicamente cubano. Ingeniero químico, hacía varios años que estaba establecido en Brasil y se dedica a estudiar las dinámicas de las colaboraciones científicas internacionales. Venía acompañado por la Dra. Maria Carlota de Souza Paula, brasilera, asistente en su trabajo de investigación. Después de seguir un cierto guión de preguntas, me dice:
-trabajé con un argentino cuando era joven, un compatriota tuyo.
Hasta ahí, nada de particular. Hay argentinos por todas partes, expulsados en tandas y distribuidos por el mundo desde que tengo memoria. Le pregunté si era del área de las ciencias biomédicas. Me dijo con un tono medio socarrón que de cierta forma sí. Situación fastidiante: un tipo que le dice a un argentino que hace investigación en el área de ciencias biomédicas (yo), que laburó con otro hace muchos años, que en cierta forma hacía algo relacionado... no hay muchos espacios para seguir la conversación sin caer en lugares comunes... hasta que me dijo
-se graduó de médico en la Universidad de Buenos Aires... se llamaba Ernesto Guevara. Como sabrás, murió hace muchos años.
...
Tirso estudió Ingeniería Química en USA, fue contratado por Procter & Gamble, que lo envió a la filial cubana todavía en tiempos de la dictadura de Fulgencio Batista. Uno o dos años después, comienza la Revolución con la llegada del Granma a la Playa Las Coloradas - Cuba, trayendo a Fidel y Raul Castro, Camilo Cienfuegos, y el propio Che Guevara entre otros. Tirso, según me contó (y leí después) no era un militante político, y menos aún un revolucionario, si bien, como mucha gente en aquella época, simpatizaba con los pibes que jaqueaban al gobierno de F. Batista. Por motivos diversos, que incluyeron una buena dosis de suerte, después del triunfo de la Revolución, Tirso (que pensó en emigrar a USA) se quedó en la isla. Era uno de los pocos ingenieros que no habían emigrado hacia otros países. Y se puso a trabajar de lo que sabía hacer: poner a funcionar procesos químicos para producir industrialmente jabones y detergentes en la antigua planta de Procter & Gamble, posteriormente nacionalizada. A lo largo de los meses siguientes, se fue comprometiendo con las nuevas causas del nuevo gobierno cubano, y su compromiso fue reconocido: cuando el Che asumió el Ministerio de Industrias lo nombró Viceministro de Industrias Básicas. Este cargo, le permitió conocer de cerca una faceta del Che Guevara que es poco (o nada en realidad) abordada en biografías, pelis y relatos literarios: el Che como planificador, como burócrata y anti-burócrata, como estratega económico, como director, como presidente de reuniones... el Che continuando el proceso revolucionario por otros medios.
Tirso escribió un libro, en portugués en el original, que acabo de terminar: "O ministro Che Guevara - Testimunho de um colaborador" (Editora Garamond, Rio de Janeiro). El libro es una joyita encuanto recolección de ideas-fuerza, estrategia organizativa, visión en términos de política científica, tecnológica e industrial... No sé si el libro está traducido al castellano, pero merece traducirse.
Estamos inundados de las imágenes del ejemplo revolucionario del Che luchador, yendo hasta los límites de su asma en la selva, inmolándose atrás de un sueño de justicia y dignidad: algo inalcanzable que esteriliza cualquier posibilidad de que el ejemplo sea seguido y asumido. Pero el lado del laburante obsesivo atrás de un escritorio en una repartición pública, tratando de hacer andar lo que no anda... esa militancia del día a día de la gestión... eso no es mencionado en ningún lugar. Y aquí está Tirso para contarlo. Tuve el privilegio de escucharlo de viva voz... y de volver a escucharlo en mi cabeza mientras leía el libro. Gracias Tirso.
5 comentarios:
Es una historia que los veteranos si conocemos. Al Hombre Nuevo había que hacerlo en todos los frentes, teniendo en cuenta que lo que evita que se burocratice es una mezcla de épica personal y estructura ideológica.
El Canilla, gracias por el comentario. Estoy de acuerdo, pero nadie se puso a levantar la idea del Che gestor de políticas industriales (o monetarias). Por eso me parece valioso este libro. Abrazo.
Hola! En Cuba sí se sabe que el Ché fue Ministro de Economía, también fue un tiempo presidente del Banco Central (los coleccionistas de billetes aprecian mucho los que tienen la firma del Ché como presidente). En cualquier caso excelente anécdota.
Hay que estar bastante desinformado para ignorar que el Che Guevara fue ministro de Industria y presidente del Banco Nacional de Cuba
Bueno Alberto, pero hay mucha gente (sobre todo jóvenes) que no lo saben. Incluso hay gente que no sabe que fue médico y que fue argentino. De todas formas, lo interesante es el libro y en lo personal, haber oido anécdotas de viva voz de un colaborador cercano a él. Saludos.
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