Esto es apenas un registro fotográfico de mi mañana de domingo en Acrelândia: computadora abierta, los diarios del domingo (infaltable la lectura de la culumna de Mario Wainfeld en Página/12), en el (todavía) fresquito mañanero acreano post-tormenta. Si cuento que encima me pagan por esto el envidiómetro se pone al rojo, no?
Hora de lectura en la galería de la casita amarilla.
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