El martes teníamos que intentar entrar en uno de los ramales más inaccesibles: el Ramal dos Goianos. El ramal estaba marcado como "intransitable" y realmente, según los baqueanos no daba para entrar excepto en tractor. Conversando con una de las personas del Remansinho, nos fue sugerido entrar en moto por un camino alternativo, dentro de la selva. Esta persona estaba dispuesta a llevar a uno de nosotros en su propia moto. Para realizar el trabajo de recorrer las casas del ramal necesitábamos ser por lo menos dos personas. Por suerte Suzy, una vecina entrenada por el servicio de salud para cuida del monitoreo de infecciones (principalmente malaria), se ofreció para llevarnos selva adentro en su moto también. Según ela podía llevar a dos de nosotros, con lo cual seríamos cinco personas en dos motos: una con su dueña dirigiendo y yo como pasajero, y otra con su dueña dirigiendo y otros dos miembros del equipo.
La travesía empezó complicada: dentro de la selva además deinterminables atolladeros de agua y barro había una enorme cantidad de troncos de árboles caídos, ramas gruesas pasando a una altura próxima a la de nuestras cabezas, plantas con espinas, y demás. En todo momento era necesario bajar de la moto para empujar o sacarla de algún barrial onde se enterraba hasta pasados los ejes de las ruedas. En un determinado momento, la persona que me llevaba nos dice que no consigue seguir adelante con su moto, que es necesario seguir a pie la distancia que quedaba (unos 5 o 6 km). Al mismo tiempo, una de las personas del equipo también decidió no continuar la aventura. Continuamos Kézia (mi compañera de esta aventura) y yo, junto con Suzy, dueña de la otra moto y baqueana también. Siendo nuevamente tres para una moto de 200 cm3 decidimos intentar atravesar los kilómetros de selva faltante los tres haciendouna verdadera travesía de motocross en una única moto. La experiencia fue alucinante y nos permitió muestrear familias aisladas, en las cuales se detectó un problema nutricional (anemia) que fue atendido. Lamentablemente no hay registro fotográfico, ya que el peso debió reducirse al mínimo posible y ninguno de nosotros llevó cámara: no era un evento deportivo ni lúdico: el objetivo (y la prioridad) fueron cumplidos llegando de vuelta con muestras e info colectadas. Trabajo cumplido en condiciones extremas, con alegría, placer y un toque de aventura.
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