La complejidad de la crisis de Oriente Medio prácticamente se sale de los bordes de la capacidad de análisis de todo el mundo. A diferencia de otros temas, desde una visión distante (argentina o brasilera por ejemplo) se me hace que es practicamente imposible hacer algún recorte que permita decir alguna cosa útil. Sin embargo no deja de llamarme la atención que medios que dedican parte de sus líneas editoriales a cuestionar el mainstream informativo se hagan eco de una forma más o menos automática de las visiones pro-norteamericanas. Por ejemplo, en esta nota de Pagina/12 de ayer se usan calificativos bastante superficiales que tienen la única virtud de no dejarnos creer que hay algún rigor analítico. A tal punto es evidente el problema que ni siquiera hay firma o se citan fuentes. Se habla de papelón y no se sabe qué significa en el contexto de la crisis que ahora recorre Libia. Es claro que el régimen de Khadafi es indefendible. Como es indefendible también la política de alianzas de los países cuyas sociedades están organizadas en estados democráticos que deberían ser denominados "petrocráticos", referencia esta a fuerzas productivas que funcionan alrededor de o son dependientes de la actividad extractivista de este insumo. Está todo mal. Las socialdemocracias o los gobiernos conservadores de la civilizada Europa, ex aliados de Khadafi lo encuentran ahora ridículo, infantil, sanguinario... El Premio Nobel de la Paz, Sr. Barak Obama, en su proverbial impotencia para abordar cualquier problema de política internacional (desde el gobierno del país que más problemas de política internacional produce) exige renuncias y toma medidas punitivas. El problema es que cuando está todo mal no hay lado: hay que salirse de la trampa. Una aproximación un poco más interesante en el Pagina/12 de hoy, aquí.
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