Esta es la historia de un viaje un tanto extraño, que tiene un componente emotivo: por varios motivos que tienen que ver con mi trabajo, es la primera vez que llego a un lugar totalmente desconocido, pero en el que al mismo tiempo soy esperado muy cariñosamente por varias personas. Además, como si fuera poco, uno va encontrando alguna gente interesante por ahí, tal vez gente que uno debería esperar haber encontrado mucho antes, pero sólo ahora y en Bogotá.
Llegada al Aeropuerto Eldorado:
Nuestro hombre en Colombia me fue a esperar con su tío Manuel en auto.
Primer paseo en Bogotá:
Así como llegué, me cargaron con equipaje y todo, y me llevaron a recorrer toda la ciudad de una vez. Resultado: vi todo pero sin tener mucha noción de qué cosa esta en qué lugar. Interesantísimo primer panorama. Sólo conseguí construir una primera imagen de la ciudad cuando subimos un cerro y tuvimos esta vista panorámica desde La Calera.
Nuestro hombre en Colombia y un servidor en el mirador de La Calera: una vista de Bogotá.
El alojamiento:
La familia de nuestro hombre en Colombia, en particular la "tia Marcela" acondicionó un pequeño y simpática departamentito (que será puesto para alquilar la semana que viene) para mi estadía. Una vecina, Victoria, me presta su señal de internet, hay una señal de cable que es comunitaria (o algo así), una mesa con un par de sillas, y un colchón con ropa de cama. El departamentito está situado en un pequeño edificio localizado en el cruzamiento de la calle 72 con la carrera 28: suficiente para pasar una semana casi como viviendo en Bogotá.
El problema:
Hace un frrrrrríííoooooooo!!!!!
La primera salida nocturna:
1. Siguiendo a mi guía local, tomamos un taxi y fuimos a dar una vuelta y a cenar. Cenamos en "La Hamburguesería", donde un flaco en la mesa de al lado hablaba como uno. Conversando con el argentino en cuestión resultó ser Bronco, Ingeniero contratado en Colombia, y autor de un blog que merece un post específico y que vendrá pronto.
2. Bronco nos pasó la justa: de ahí a salsear en Galería Café Libro (muy buena onda, música en vivo). Pero después de un día bien trajinado, la noche no duró mucho.
En Bogotá la venta de bebidas alcoholicas se suspende en los boliches a la 1 am. Por este motivo, poco después de este horario la mayor parte de los boliches cierran. Una pena.
3 comentarios:
Doy fe!!
Y recomiendo la hamburguesa árabe vegetariana de "La Hamburguesería".
Che, la vegetariana? que bajón!
Es que yo soy posmoderno, mannnnnn!
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