Dejo de regalo un amanecer entre los arboles y los arbustos... faltan los ruidos, los olores y la humedad que hace que cuando uno camina las hojas de las plantas se te peguen a la ropa, a las manos, a la cara como si cada planta te hiciera una caricia. Y son infinitas.
Una telaraña de árboles y lianas al amanecer
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